La Marca de un producto, además de ser el sello distintivo de la misma, carga con la responsabilidad de posicionar, proyectar y aumentar el interés en el público.
Por esto, hay que entender su importancia, el saber elegir, ese nombre, su eslogan, como esta va a converger con su imagen o logo, y además, definir cuál es el impacto que se quiere causar en la mente de los posibles usuarios.
No es menor el hecho que cuando pensamos en la palabra “marca” nos venga a la mente palabras tales como, coca-cola, Nike, Adidas, Quilmes, Ford, McDonald, entre muchas otras, que han causado cambios en la forma de ver cada producto y hasta la manera de usarlos o consumirlos.
Entendamos de donde proviene el hecho de dejar un registro de nuestra marca.
La historia de las marcas lleva su primer registro en la antigua Mesopotamia, donde se encontraron signos y marcas en tabletas de arcilla que se utilizaban como marcas comerciales para identificar el origen, la calidad y la diferencia de los productos.
Estas marcas se utilizaban principalmente en el comercio de textiles y alimentos, siendo estos dos ámbitos los de principal uso e intercambio entre comunidades y la fuente de “ingresos” más importante de los comerciantes de la época.
Como ya contamos en uno de nuestros post anteriores, en la Edad Media, artesanos y pequeños productores comenzaron a utilizar imágenes, nombres, palabras, letras, que se denominaron “marca” para identificar sus productos.
Dar una especie de garantía y distinguirse de otros, buscando causar un recuerdo en sus compradores y luego sean estos los que busquen el producto entre otros de la posible competencia.
Estas marcas eran conocidas como “marcas de oficio”
Eran usadas principalmente en la producción de artículos de cuero, metal y madera, ya que en estos materiales existía una suerte de facilidad para tallar sobre estos.
Con la llegada de la Revolución Industrial, la producción en masa, la publicidad, la identidad visual, y las estrategias de comunicación dieron el inicio al consumo masivo, las marcas comenzaron a desempeñar un papel determinante en la comercialización de productos.
Para ese entonces, las empresas productoras comenzaron a desarrollar marcas registradas y dieron inicio al uso de la publicidad de forma más organizada y masiva para crear una imagen de marca y fomentar la lealtad del consumidor.
Para los años 50, la televisión se convirtió en el medio publicitario más importante, esto causo que todas las marcas que buscaban adueñarse de un mercado creciente, hicieran inversiones cada vez mayores y así poder causar un gran impacto en la mente de los consumidores.
En la actualidad, las marcas son una lo que mueve la economía global, y en muchos casos es el activo comercial más importante para las empresas productoras.
La marca de un producto puede representar valores, calidad, innovación, sostenibilidad y responsabilidad social corporativa, y son fundamentales para establecer una relación de confianza y lealtad con los consumidores.
La marca y su importancia para los productores
Existen diversos motivos por los que los grandes productores, a pesar de hacer diversidad de productos, registran como marcas particulares algunos de los que producen, inclusive ek nombre de la marca, bien sea porque estos lograron posicionarse en el mercado como producto destacado entre la competencia, o porque el producto en sí representa a la empresa.
Entre los motivos principales por los que las marcas son importantes tenemos:
Identificación: La marca ayuda a los consumidores a identificar el producto y distinguirlo de otros productos similares en el mercado.
Calidad: Una marca fuerte suele estar asociada con una alta calidad del producto, lo que puede aumentar la confianza del consumidor en su compra.
Lealtad del consumidor: Una marca bien establecida puede generar lealtad del consumidor, lo que significa que los clientes tienen una conexión emocional con la marca y prefieren comprar productos de esa marca en lugar de otras.
Diferenciación: Una marca bien diferenciada puede ayudar a un producto a destacar entre la competencia y atraer a nuevos clientes.
Valor añadido: Una marca puede agregar valor al producto y justificar un precio más alto que el de la competencia.
En resumen, la marca es importante porque ayuda a los consumidores a identificar y distinguir el producto, aumenta la confianza en la calidad del producto, genera lealtad del consumidor, ayuda a diferenciar el producto de la competencia, y agrega valor al producto.
¿Por qué debemos registrar nuestra marca?
Registrar una marca es importante porque otorga al titular derechos exclusivos sobre el uso en del nombre y los productos o servicios que representa.
Al registrar una marca, el titular obtiene los siguientes beneficios:
Derecho exclusivo de uso: El titular de la marca tiene el derecho exclusivo de utilizar la marca en relación con los productos o servicios que representa. Esto significa que ningún otro competidor puede utilizar la misma marca o una marca similar en relación con los mismos productos o servicios.
Protección legal: La marca registrada está protegida por ley y el titular de la marca puede tomar medidas legales contra cualquier persona que infrinja sus derechos de marca.
Valor comercial: La marca registrada tiene un valor comercial y puede ser vendida, transferida o licenciada a terceros para su uso en relación con los productos o servicios que representa.
Diferenciación: La marca registrada ayuda a diferenciar los productos o servicios del titular de la marca de los productos o servicios de la competencia.
Confianza del consumidor: La marca registrada ayuda a construir la confianza del consumidor en relación con los productos o servicios del titular de la marca, ya que el consumidor reconoce y confía en la marca registrada.
En resumen, registrar una marca es importante porque otorga al titular de la marca derechos exclusivos de uso, protección legal, valor comercial, diferenciación y confianza del consumidor.
¿Qué debe tener una marca para poder ser registrada?
Para que una marca pueda ser registrada, debe cumplir con ciertos requisitos legales y técnicos.
Estos requisitos varían según la jurisdicción y la ley de propiedad intelectual aplicable, en este caso, las dictadas y establecidas por el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI) pero en general, una marca debe cumplir con los siguientes criterios para poder ser registrada:
Distintividad: La marca debe ser distintiva y diferenciarse de las marcas ya registradas y de otras marcas en el mercado. Una marca genérica o descriptiva no es registrable, ya que no cumple con el requisito de distintividad.
No ser engañosa o descriptiva: Una marca que engañe o induzca a error al consumidor no es registrable. Tampoco lo son las marcas que describen las características de los productos o servicios que representa.
No ser ofensiva: Las marcas que son consideradas ofensivas, inmorales o contrarias a las buenas costumbres pueden ser rechazadas o canceladas.
Ser usada en el comercio: La marca debe estar siendo utilizada en el comercio o tener la intención de ser utilizada en el futuro en relación con los productos o servicios que representa.
No violar derechos de terceros: La marca no debe violar los derechos de propiedad intelectual de terceros, como marcas, patentes, derechos de autor, nombres comerciales, entre otros.
Para todo esto es importante contar con el personal necesario que pueda brindar la guía, asesoramiento y la gestión general del registro de una marca, acelerando así el proceso, que de otra manera pudiera ser uno complejo y engorroso para quienes no son expertos en la materia.
Por suerte existen estudios como Estudio Iacona que cuentan con las certificaciones, conocimiento y experiencia necesaria para darle a nuestra marca el valor legal que merece.
